Un baño de luz cada mañana tomo, que abre mi mente a las ideas, que motiva mi psique al pensamiento claro.
Inundado en haces lumínicos me dirijo hacia mi destino, inmerso en rayos que alimentan mi espíritu.
Lleno de ese fulgor radiante que todos damos por hecho y por tal no apreciamos, inmerso en la brillantez centelleante del astro rey.
Igual se cuela tímidamente por mis persianas que me desborda al abrir la puerta.
De manera semejante se oculta tras la luna que se regodea a cielo abierto
Ilumina el rostro de mi amada en la mañana y envíame un último haz por la tarde.
Descansa en mi horizonte, juega con las últimas nubes vespertinas que mañana, igual que ayer, igual que hoy… te necesito aquí
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