
suave, delicada y fina
Y aun cuando no entiendo lo que dices, se que es bueno.
Murmuras a mi oído y mi cerebro amplifica
la delicada resonancia de tu voz diciendo que me quieres.
Y cierro los ojos, no quiero pensar, sólo oír.
Ni siquiera quiero entender, sólo escuchar.
Dejo la mente en blanco para que escribas
esa historia inédita que quieres contarme.
Y vuelo en el espacio de tu eco y luego,
en tus intervalos de silencio caigo
para elevarme nuevamente en tu siguiente frase.
Susurras a mi oído y el mundo desaparece.
Musitas a mis tímpanos atentos a tu frase
y se arrullan ante el inevitable éxtasis
de tu voz quedita, bajita, imperceptible.
Tus palabras son códigos indescifrables de ternura
Apenas audibles, casi silentes
Rumor nocturno de luciérnagas que alumbran mi anhelo.
1 comentario:
Muy bueno, cada día sacas algo muy bueno. Este es suave y muy suave (no importa la redundancia), muy bello el murmullo al oído
Saludos y abrazos
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