Toca a mi puerta la vida, y la dejo pasar. Viene cargada de emociones de razones para cuidarla y conservarla.
Toca a mi puerta el amor y lo recibo, lo dejo ser. A veces es difícil contenerlo pero finalmente le convenzo que se quede.
Toca a mi puerta la salud y la dejo entrar. Hago lo que sea porque se hospede, pues sin ella lo demás no existe.
Toca a mi puerta la fortuna y permito su ingreso. No le pregunto como llegó, ni le cuestiono si se quedará.
Quizá otros personajes hallan llamado, no lo sé, no los recuerdo y al no sentirse bienvenidos tras una breve estancia se marcharon.
jueves, 6 de noviembre de 2008
Mi Puerta
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